En este proyecto, combinamos la exuberancia de las plantas tropicales con la autenticidad de la vegetación mediterránea, creando un espacio lleno de contrastes y armonía. El objetivo fue integrar ambas estéticas para lograr un jardín único, donde la diversidad de texturas y colores resaltara en cada rincón.
Uno de los elementos clave fue la creación de un sendero que recorre el jardín de forma natural, conectando las distintas áreas del espacio. Este camino, cuidadosamente diseñado, invita a explorar el entorno, ofreciendo vistas cambiantes y sorprendentes a medida que se avanza. La disposición de las plantas asegura un equilibrio visual y una experiencia dinámica para quien lo recorra.
El proyecto refleja una perfecta unión entre diseño y naturaleza, manteniendo siempre un respeto por el entorno y las condiciones locales.